Fahrenheit 451
(fragmento)
» ¿Se dan cuenta, ahora, de por
qué los libros son odiados Y temidos? Muestran los poros del rostro de la vida.
La gente comodona sólo desea caras de luna llena, sin poros, sin pelo,
inexpresivas. Vivimos en una época en que las flores tratan de vivir de flores,
en lugar de crecer gracias a la lluvia y al negro estiércol. Incluso los fuegos
artificiales, pese a su belleza, proceden de la química de la tierra. Y, sin
embargo, pensamos que podemos crecer, alimentándonos con flores y fuegos
artificiales, sin completar el ciclo, de regreso a la realidad. Conocerá usted
la leyenda de Hércules y de Anteo, gigantesco luchador, cuya fuerza era
increíble en tanto estaba firmemente plantado en tierra. Pero cuando Hércules
lo sostuvo en el aire, sucumbió fácilmente. Si en esta leyenda no hay algo que
puede aplicarse a nosotros, hoy, en esta ciudad, entonces es que estoy
completamente loco. Bueno, ahí está lo primero que he dicho que necesitábamos.
Calidad, textura de información”.
- ¿Y lo segundo? -Ocio. -Oh,
disponemos de muchas horas después del trabajo. -De horas después del trabajo,
sí, pero ¿y tiempo para pensar? Si no se conduce un vehículo a ciento cincuenta
kilómetros por hora, de modo que sólo puede pensarse en el peligro que se
corre, se está interviniendo en algún juego o se está sentado en un salón,
donde es imposible discutir con el televisor de cuatro paredes... ¿Por qué? El
televisor es «real». Es inmediato, tiene dimensión. Te dice lo que debes pensar
y te lo dice a gritos.
Ray Bradbury,
Fahrenheit 451, Barcelona, Orbis, 1984.
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